martes, 5 de febrero de 2013

Y me quedé sin trabajo y pensé... "¿Y ahora qué?

ANTIDEPRESIVOS NATURALES

1- Haz deporte - y si es con gente, mejor todavía.

2- Las mascotas - Te obligarán a levantarte, vestirte, salir de casa y sonreír todos los días.

3- Retos intelectuales - ¡Nunca dejes de aprender!

4- Crea- Eres un ser humano, practica la creatividad. Haz cosas con tus manos.

5- Ayuda a los demás - El voluntariado abre un mundo nuevo ante ti.

6- Sexo (solo o con abrazos) - No lo digo yo, lo dicen los científicos.

7- No hagas cosas que no te apetezcan - Tus amigos lo entenderán ;)

8- Recuerda que el alcohol es un potente depresivo - Todo lo que sube, baja, y si estás de bajón, más.

9- Ponte guapo hasta para ir a por el pan.

10- No tengas miedo - ¿Qué es lo peor que te puede pasar?

11- Un ratito para ti.

12- Arte - No olvides el cine y el cómic.

13- Familia - la que te ha tocado o la que elijas.

14- Aficiones - los frikis tenemos mucho ganado.

15- Esta la pones tú :P








jueves, 31 de enero de 2013

RELATOS V
Buenos días a todos! Hoy es jueves y toca relato. Como siempre os explico en qué consistía el ejercicio de hoy. Veréis que es un ejercicio interesante y divertido. 
Entre todos los de clase fuimos diciendo palabra y de todas ellas seleccionamos tres. Cada una de ellas representaría el pasado, el presente o el futuro. La cosa quedó así: 
-CERVEZA: PASADO
- ACORDE: PRESENTE
- FARDELEJO: PASADO
Como nota curiosa diré que la palabra fardelejo fue la que yo elegí, y que todo el mundo estaba encantado con esta palabra de etimología tan curiosa. 
Y como reto personal, me decidí a narrarlo en primera persona y en presente, lo cual para mí es un poco complicado en la narración, y más todavía cuando deben aparecer los tres tiempos. 
No me enrollo más y os dejo con el relato, a ver qué os parece :)



SOLO DE VIOLÍN

Cuando le cuentas a la gente que tienes una vecina violinista, todos te contestan: “qué suerte, qué bonito, qué relajante…” y un largo etcétera de estupideces sobre lo afortunado que soy. Pero ninguno sabe lo que es soportar un solo, único y agudo acorde día tras día y hora tras hora. Ninguno sabe que con suerte, al cabo de seis horas empieza a sonar bien, y mientras tanto tu casa es como un matadero de gatos.
Intento concentrarme en hacer esta maleta mientras no paro de dar vueltas a lo que pasó ayer. Mientras el Do sostenido golpea mi cabeza, voy repasando mentalmente los hechos una y otra vez para controlar el malestar que siento, porque no quiero marcharme así, con este recuerdo. Quiero pensar en mis colegas de Madrid con cariño, volver a visitarlos, mantener el contacto y echarles de menos. Pero no puedo. Lo que para ellos eran cuatro bromas entre colegas un poco pasados de cervezas, para mí fue un punto de inflexión. Porque sentí un dolor primitivo en mi corazón, como si alguien hiriera lo más profundo de mi ser. Y el primer sorprendido fui yo: siempre había sido el primero en cachondearme del trabajo de mi padre. Eso cuando no lo ocultaba. Un abogado de prestigio como yo no podía reconocer que mi padre era dueño de una pequeña empresa  familiar de fardelejos. Para mí era el mayor de los tabúes. Allí estaban mis compañeros, miembros de familias de postín, seguidores de una tradición de ilustres personajes. Y yo… ¿Qué iba a decir? “Soy Chivito, el hijo del Chivi, el de los fardelejos. De Arnedo de toda la vida.” Pues claro que no. Durante mi estancia aquí quedábamos todos los viernes para tomar unas cañas y nunca jamás les hablé de mis humildes orígenes.
Pero ayer lo hice. Porque era mi último día y porque eran mis amigos. O al menos eso me dijo mi jefe al despedirme. Que lo sentía y que siempre podría contar con ellos. Así que cuando Federico preguntó qué me depararía el futuro ahora que dejaba la empresa, les dije la verdad. A los pocos minutos, las risas inundaban la sala. Mis amigos competían por hacer la broma más cruel, y yo, que siempre había participado de ellas con buen humor, me sorprendí a mí mismo reventando una jarra de cerveza contra la mesa y salpicando el Armani de Borja.
Y aquí estoy, escuchando este desquiciante acorde y dando vueltas a la cabeza. Pero cuando el violín se para y cierro la maleta, sé perfectamente lo que tengo que hacer y me dirijo hacia el teléfono.
-          Papá…
-          Hijo, ¿qué pasa? ¿A qué hora llegas, que tu madre ya te ha preparado la habitación pero se está volviendo medio loca con la comida…”
-          Papá…que…gracias por acogerme y por darme trabajo… y eso…
-          ¿pero qué chorra dices, hombre? Ala, ala, déjate de mariconadas, que no sabes lo bien que nos viene que vengas, que desde que tu hermana puso la venta esa por internet, no damos abasto. No sabes lo que les gustan los fardelejos a los japoneses…
Hablamos durante un rato, y sonrío, porque sé que mañana estaré donde tengo que estar.

viernes, 11 de enero de 2013

RELATOS IV

PINCELADAS

Hola a todos, mu güenos días!!!
Esta semana volvíamos de las vacaciones navideñas, así que el profe nos puso deberes (sí, vale, yo se lo pedí, soy la empollona de la clase y me encanta)
Bueno el caso es que la cosa no era muy fácil, y reconozco que yo lo dejé un poquito para el final, aunque ayer lo presenté en público y triunfó bastante. La cosa era así.
Describir situaciones, escenas, personas, emociones, etc. a través de un rasgo característico de manera que basten menos de cuatro líneas. En este caso representan diferentes situaciones sociales. A ver si os gusta. :D


PINCELADAS
-          Mi perro nos mira con su cara de señor enfadado y se tumba pacientemente. Si supiera hablar no se molestaría en decir nada.

-          La matriarca está sentada presidiendo la mesa. Permanece inmóvil, cada vez más abotargada, más roja, más brillante. Supongo que cuando llegue el turrón ya se habrá acabado de transformar en un solemne buda.


-          El hombre se va encendiendo cada vez más.  Está envuelto en llamas. Puedo ver como el fuego se ha extendido hasta sus ojos. Tiene tanto rencor dentro… y no puede librarse de él por más que grite. Si sigue así va a hacer daño a alguien.

-           Su risa es aguda y gratuita y sus bromas ofenden a la inteligencia. No soporta el silencio y lo tapa con tiritas usadas de conversación banal. Quiere caer bien a toda costa. Debe de sentirse muy sola.


-          No puedo entrar en mi casa. He dado tres vueltas a la manzana. Los padres corren con sus niños en brazos mientras gritan desesperados. Yo esquivo los proyectiles mientras llamo a mi familia para advertirles de que huyan. Maldita cabalgata.

-          Son los amantes que nunca se han tocado porque no lo necesitan. Les basta con mirarse furtivamente, con estar en el mismo sitio y a veces incluso hablar.  Quizá si lo suyo fuera posible dejaría de ser interesante.


jueves, 13 de diciembre de 2012

RELATOS (III)
Hola a todos!! Como ya sabéis, hoy es jueves y toca relato.
Esta semana el ejercicio consistía en escribir un diálogo en el que los dos protagonistas ocultaban un secreto pero ninguno de los dos lo desvelaba.
Espero que os guste.


90 céntimos. 
— ¡María!
Su voz retumbó en la entrada de la casa. Una bofetada de calor espeso golpeó su cara, una sensación agradable comparada con el olor del incienso, que tantos recuerdos eclesiásticos desagradables le despertaba.
     ¡María, coño, contéstame, sé que estás en casa, oigo la tele!
     ¡ SHHHHHHH! Calla, Manolo, que no me dejas oír a Berta Mística!
     Déjate de chorradas, María – gritaba Manolo mientras entraba en la salita como un mamut furioso en una tienda de porcelana – Te lo voy a preguntar solo una vez, ¿vale?: ¿Has cogido dinero de la cuenta? He ido a sacarlo y me dicen que la cuenta no tiene fondos, joder, ¿lo entiendes? ¿eh? ¿lo entiendes? Apaga de una vez esa puta mierda, estamos jodidos, ¿lo entiendes o no?
     Pero vamos a ver… - preguntó María de manera condescendiente. - ¿Se puede saber a qué vienen esas prisas? ¿Es que vas a huir al Caribe o qué?
     Estamos jodidos…- gimoteó él- dime dónde está el dinero, por favor- Ahora parecía un bebé lloriqueando que no paraba de mirar por la ventana- Van a venir a buscar el dinero, nos van a matar…
     No cariño – contestó con tranquilidad su mujer mientras se ponía de pie. – Debes estar tranquilo y tener fe.
     ¿Tener fe? ¿De qué cojones estás hablando? Solo tengo fe en que si no pago el dinero que debo antes de la semana que viene me van a freír…
     ¿La semana qué viene? –María empezó a reírse a carcajadas- pero si hay tiempo de sobra, hombre, ¡haber empezado por ahí! –se acercó a la mesa camilla y sacó de una bolsa floreada un papel amarillento y menudo, que parecía una estampita. – Mira cielito.
     ¿Qué coño es esto?- tartamudeaba Manolo, que no podía creer lo que estaba leyendo - ¿qué coño has hecho? – preguntó a su mujer, que no paraba de sonreír orgullosísima de sus actos.
En la televisión, una señora entrada en carnes y en años cuyo atuendo representaba perfectamente la expresión “horror vacui”, chillaba cantarina:
      Bien, señoras, ya queda menos para el gran día, y en este gran día del Juicio en el que el Señor nos llenará de gloria, asegúrate de estar en el lado de “los justos”. Llama ya al teléfono que aparece en pantalla y consigue uno de nuestros pasajes directos al cielo. Forma parte de este gran grupo de familias que se unirán en el día del Juicio por la salvación de sus almas. Coste de la llamada, 0,90 céntimos el minuto.

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jueves, 22 de noviembre de 2012

CURSO DE ESCRITURA: RELATOS (II)
Hola a todos!!
Hoy es jueves, así que toca relato.
El ejercicio de esta semana era bastante divertido y consistía en lo siguiente: 
Imagina una historia de suspense en la que tras múltiples anticipaciones aparece un cadáver. Ahora escribe SOLAMENTE el párrafo anterior a la aparición del cadáver. 
Yo he querido hacerlo tierno, familiar y navideño, en consonancia con estas fechas que tanto me gustan. 
Espero que os guste: 

FELIZ NAVIDAD
Harto de indirectas, comentarios hirientes y demás tonterías, me resarcía pensando en la bronca que tendría con mi mujer por obligarme a acompañarla a la cena familiar más incómoda en la que jamás había estado. Me dolían las costillas, ya que para colmo, no paraba de recibir codazos de mi huesuda esposa, cada vez que le preguntaba por su padre. Supongo que la ausencia de mi suegro me convirtió en la única víctima de los ataques gratuitos de estas damas y de su repelente madre, que orgullosa, traía el plato principal en una ostentosa bandeja de plata cubierta con una campana. Sonriendo y relamiéndose, me dijo:
     No te preocupes por mi marido, te vas a hartar de él.


jueves, 15 de noviembre de 2012

CURSO DE ESCRITURA, RELATOS

Hola a todos, majísimos y majísimas!!
Hoy es jueves y toca clase de escritura. El ejercicio de hoy consistía en lo siguiente: 

- Describir - y solo describir- una fachada dos veces. La primera vez la describe alguien contento. La segunda alguien triste, o negativo. Solo pueden ocupar una carilla entre las dos en arial 12.... 

Uffff! difícil, la verdad. Me ha costado un hueval, la verdad, pero aquí está. Esta tarde iré a clase y lo comentaré con todos mis compis. Mientras tanto, os lo dejo aquí, a ver que os parece. Es muy cortito, se lee rápido. Espero que os guste :)

EL PORCHE
La casa se alza majestuosa al final de un inmenso jardín. Las nubes que cubren el cielo han conseguido que el verde que cubre estos prados sea aún más brillante comparado con lo oscuro de este día de otoño.
Aquí está la entrada a mi hogar, el porche que ha resguardado tantos momentos de mi vida. Dos finas columnas de noble madera sostienen como por arte de magia tan imponente construcción, como si permanecieran unidas permanentemente a las piedras de sillería que sostienen. Y como todo valioso cuadro que se precie, este marco está adornado por una lujosa moldura de oro, rubíes, corales y ámbar, que son las joyas del otoño de estas parras que mi padre nos dejó. Sombra en verano, cobijo en invierno, y el aroma de mi juventud.
En el centro se halla la puerta. Es tan angosta e irregular, que parece casi de juguete. Por eso al entrar se siente la alegría y la sencillez de la infancia, cuando teníamos el poder de elevar las cosas más pequeñas a la enésima potencia. Será por eso que la pequeña aldaba de forja parece la mano de un niño.
Ya me llama mi madre, entre el sonido de cazuelas y cacharros, ya me dejo arrastrar por esta nube de olores, mientras intento adivinar qué tendremos para comer.
EL PORCHE
La casa acecha siniestra al final de un inmenso jardín. Nubes negras que anuncian tormentas cubren el prado sin piedad, como si el frío y la niebla no entristecieran lo suficiente este paisaje otoñal.
Aquí está la entrada al caserón, el oscuro y ceniciento porche. Deprimente bienvenida de antipático anfitrión. El moho y el intenso olor dulzón de la humedad se encargarán de las presentaciones, y rápidamente conoceremos el frío penetrante que rezuma de las piedras, en los suelos, las paredes y los techos. De los pies a la cabeza.
Y enmarcando este triste escenario, las parras oscuras, secas, marrones y sucias, que cuelgan como espada de Damocles sobre mi cabeza. Testigos de esta angustia, con su interminable danza burlona celebrando mi soledad.
 Basta con ver la puerta para saber cómo terminará esta historia, pues es estrecha y retorcida, tenebrosa y desafiante. No te dejes embaucar por el aroma exquisito que viene de la cocina evocando antiguos manjares. Cuando llames a la puerta y sostengas esa pequeña aldaba, pregúntate dónde está el dueño de esa pequeña mano, y puede que hoy no tengas ganas de probar lo que se esconde en el puchero.